Pescado
azul, como el atún, el
salmón o la caballa.
Marisco, como las gambas,
las ostras o los mejillones.
Vegetales de hoja verde,
como las espinacas, la
lechuga o el pepino.
Aceites vegetales, como
los de semilla, de linaza,
de nueces, de oliva, de
sésamo, de soja, etcétera.
Algunos frutos secos,
como las nueces o las
almendras. |
El corazón
es el más beneficiado de un
aporte de omega 3, ya que
este ácido graso tiene
propiedades
antiinflamatorias y
anticoagulantes. También
ayuda a reducir el nivel de
colesterol, de triglicéridos
y de presión sanguínea, al
fluidificar la sangre.
Derivado de estos
beneficios, el omega 3 ayuda
por lo tanto en el
tratamiento de ciertos
trastornos como la diabetes,
los accidentes
cerebrovasculares, algunos
tipos de cáncer (de colón,
de próstata o de mama), la
artritis, el asma, la
colitis ulcerosa, el dolor
menstrual o la sequedad de
la piel, según la Biblioteca
Nacional de Medicina de los
Estados Unidos.
Otras propiedades del omega
3 producen beneficios al
sistema nervioso, al sistema
inmunológico, a la formación
de células y hormonas o a la
vista. Durante el embarazo,
es necesario un aporte
correcto de omega 3, pues
ayuda al desarrollo cerebral
del feto y favorece que el
bebé nazca con una capacidad
de aprendizaje más elevada y
con una menor probabilidad
de tener problemas de
visión, según el estudio
Dietary omega 3 fatty acids
and the developing brain,
llevado a cabo por el
Departamento de Pediatría de
la Universidad de British
Columbia.
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La cantidad
diaria necesaria de omega 3
es un dato que se desconoce
por el momento, aunque según
la Biblioteca de Salud de
Sanitas algunos estudios
apuntan a que podría
tratarse de 1 gramo diario. |