La
principal fuente de flúor
para la mayoría de los seres
humanos es el agua que
beben. Si el agua contiene
aproximadamente una parte
por millón de flúor (1 ppm),
entonces suministrará una
adecuada cantidad de flúor
para los dientes.
Sin embargo, muchos
suministros de agua tienen
mucho menos de esta
cantidad.
Aguas fluoradas.
Verduras y hortalizas
según el contenido del flúor
del suelo (espinacas, col,
lechugas, brotes de soja).
Té
Café.
Pescados.
Mariscos
El flúor se encuentra en
el hueso; por
consiguiente los pequeños
pescados que se consumen
enteros son una buena
fuente. El té tiene un
alto contenido de flúor.
Pocos otros alimentos
contienen gran cantidad de
flúor. |
Las trazas de flúor en los
dientes ayudan a protegerlos
de las caries.
El flúor consumido
durante la niñez se
convierte en parte del
esmalte dental y lo hace más
resistente a los ácidos
orgánicos débiles formados
por los alimentos, que se
adhieren o quedan atrapados
entre los dientes.
Este fortalecimiento
reduce en gran parte la
oportunidad que se produzcan
caries en los dientes.
Algunos estudios sugieren
que el flúor puede también
ayudar a fortalecer el
hueso, especialmente en los
últimos años de la vida, y
que puede, por lo tanto,
inhibir el desarrollo de la
osteoporosis. |
El nivel
recomendado de flúor en el
agua es entre 0,8 y 1,2 ppm.
En algunos países o
localidades donde el
contenido de flúor en el
agua es menos de 1 ppm, se
ha convertido en práctica
adicionar flúor al agua
potable.
Esta práctica es muy
recomendada, sí se puede
realizar a través de
suministros de agua con
grandes tuberías. En algunos
países en desarrollo, donde
la mayoría de las personas
no tienen agua potable, no
es factible. La adición de
flúor a la crema dental
también ayuda a reducir la
caries dental. El flúor no
previene totalmente la
caries dental, pero puede
reducir la incidencia entre
60 y 70 por ciento. |
Caries
dental.
Osteoporosis.Si el
contenido de flúor del agua
potable en cualquier
localidad se encuentra por
debajo de 0,5 ppm, la caries
dental será mucho más común
que en los lugares donde la
concentración es mayor.
|
Un consumo
excesivamente elevado de
flúor causa una condición
conocida como fluorosis
dental, donde los dientes se
vuelven jaspeados. Casi
siempre se debe a consumo de
flúor excesivo en
suministros de agua potable
que tienen altos niveles de
esta sustancia.
En algunas partes de
África y Asia, las aguas
naturales contienen más de 4
ppm de flúor.
El consumo muy elevado de
flúor también causa cambios
en los huesos con esclerosis
(mayor densidad ósea),
calcificación de las
inserciones musculares y
exostosis.
Un estudio realizado por
el autor en Tanzania, reveló
una alta incidencia de
cambios fluoróticos en los
huesos (demostrado por
radiografía) en personas de
edad que normalmente bebían
agua que contenía más de 6
ppm de flúor.
Similares hallazgos se
han descrito en la India. La
fluorosis esquelética puede
causar serios dolores y
graves anormalidades óseas.
Fracturas óseas.
Alteraciones del sistema
nervioso.
Su exceso también es
causante de una patología:
Fluorosis, que produce en
los dientes un veteado
característico. |