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Neoplasia
El término neoplasia se utiliza en medicina para designar una masa anormal de tejido. Se produce porque las células que lo constituyen se multiplican a un ritmo superior a lo normal. Las neoplasias pueden ser benignas cuando se extienden solo localmente y malignas cuando se comportan de forma agresiva, comprimen los tejidos próximos y se diseminan a distancia. |
Se entiende por neoplasia la formación o crecimiento descontrolado y de algún tipo de tejido propio del organismo que se produce de manera anormal, autónoma y sin propósito, incontrolada e irreversible. Se produce sin tener en cuenta al resto de tejidos, siendo independiente de éstos. Dicho crecimiento genera la presencia de una masa, el neoplasma o tumor, que compite con los tejidos y células normales. Si bien a veces aparecen debido a una estimulación determinada, el crecimiento continúa a pesar de que este cese. Pueden aparecer en cualquier órgano y en prácticamente cualquier persona, independientemente de su edad y condición. En el cuerpo humano podemos encontrar tejidos que tienen una función específica dentro de un órgano y otros que actúan más bien de sostén de cara a permitir su funcionamiento. En la neoplasia son la parénquima, que son el conjunto de células con función propia, son último término aquellas que crecen y se reproducen, mientras que el estroma o conjunto de tejidos que sirven de armazón para ello (fundamentalmente tejido conectivo y vasos sanguíneos) permiten que se produzca dicho desarrollo tumoral. La existencia de una neoplasia o formación de un tumor puede ser asintomática (especialmente si es benigna), pero en otros suelen generar alteraciones físicas, fisiológicas o incluso conductuales (por ejemplo en tumores cerebrales) que pueden estar relacionados con su existencia. El tipo de síntomas variarán según la localización y tipo de neoplasia de la que se esté hablando. Sin embargo hay que tener en cuenta que aunque la presencia de síntomas que pueden ser posibles indicadores no implican necesariamente la existencia de una neoplasia sino que pueden deberse a una amplia variedad de condiciones (no todas ellas necesariamente clínicas), que de hecho en muchos casos son más probables. Podemos encontrar múltiples tipos de neoplasias, en función del tipo de tejido afectado, la presencia o ausencia de infiltración. Sin embargo las más habituales son las que tienen en cuenta su grado de malignidad y/o el tipo de tejido que crece. Tipos de neoplasias según benignidad o malignidad Las neoplasias pueden
catalogarse y clasificarse en diferentes grupos
a partir de diversos criterios. Sin embargo, la
clasificación más habitual y conocida es la que
tiene en cuenta su grado de malignidad y
capacidad de infiltración en otras zonas,
diferenciándose dos grandes grupos de
neoplasias. Se considera benigna todo aquel neoplasma
regular, localizado y que se autolimita o
encapsula siendo su comportamiento
comportamiento no infiltrativo (es decir, no
invade el tejido colindante). Su crecimiento es
relativamente lento, siendo las células que
forman parte del tumor semejantes a las de los
tejidos aledaños y estando claramente
diferenciadas. La presencia de algún tipo de
tumor benigno es bastante habitual a lo largo de
la vida, siendo frecuentes los pólipos, quistes,
adenomas, papilomas o fibromas entre otros
muchos. Las neoplasias malignas son aquellas en las
que se forman tumores infiltrativos, que tienden
a expandirse e invadir las estructuras a su
alrededor y no se limitan. Se trata de
crecimientos rápidos que afectan a los tejidos
colindantes y los invaden, no autolimitándose y
produciendo metástasis. Se pierde la
diferenciación celular, no estando muy
delimitados los límites de la masa tumoral.
Según evoluciona el tejido va pareciéndose menos
a la estructura original. Otra posible clasificación es según el tipo
de tejido en que aparezca la neoplasia. En este
sentido podemos encontrar una gran cantidad de
categorías, pudiendo encontrar tanto neoplasias
benignas como malignas en prácticamente todos
los tipos. Destacan los siguientes grupos. Este tipo de tumores se da en tejidos de tipo
adiposo, cartílago, hueso o tejido fibroso. Por
ejemplo, el fibroma o el osteosarcoma. Se trata de tumores o neoplasias que se
producen en los vasos sanguíneos, linfáticos o
en las meninges. Así, el meningioma o el
hemangioma son ejemplos. Se produce una proliferación descontrolada de
células sanguíneas, linfáticas o del sistema
inmune. El tipo más conocido es la leucemia. En
esta caso son todos malignos Este tipo de neoplasia se da o en la piel o
en el tejido epitelial existente en diferentes
órganos, glándulas y conductos. Carcinomas
(incluyendo el conocido melanoma) o papilomas
son frecuentemente conocidos por la población. No se conocen con exactitud los motivos por
los que determinadas células empiezan a
multiplicarse forma descontrolada. Y es que en
realidad no existe una única causa para la
aparición de una neoplasia, sino que éstas
tienen un origen multifactorial. Existen una gran cantidad de posibles
tratamientos a aplicar en caso de neoplasia,
siendo por lo general la extirpación del tumor
y/o la aplicación de quimio o radioterapia para
destruir o el tumor o los restos que puedan
quedar de éste. En caso de cáncer tipo de terapia psicológica
dependerá de la fase de la enfermedad y de las
características del paciente. Por ejemplo suele
ofrecerse counselling y ofrecer información y
estrategias de afrontamiento. También se busca
ayudar a mejorar la sensación de control sobre
los síntomas y el propio estado físico con
recursos como las técnicas de relajación,
desensibilización sistemática, terapia de
visualización o la terapia psicológica adyuvante
(busca que el paciente tenga un afrontamiento
activo y mejore su sensación de control para
mejorar su respuesta inmune). |
Fuente: https://psicologiaymente.com/salud/neoplasia