Las hemorroides son engrosamientos en forma de nudos de los cuerpos cavernosos
del recto, que se encuentran en la parte superior del esfínter del ano.
Las hemorroides son un tema sobre el cual apenas
se habla, pero que afecta a muchas personas.
Además, para ser exactos, todos tenemos
hemorroides (denominadas popularmente
almorranas). Anatómicamente, las hemorroides son
plexos, cojinetes o almohadillas de tejido
submucoso donde están contenidas las vénulas y
arteriolas del conducto anal. Solo son
patológicas cuando el flujo de sangre en esta
zona de vasos sanguíneos se interrumpe.
Se habla de enfermedad hemorroidal cuando hay
dilataciones varicosas de las venas
hemorroidales.
La consecuencia de estas hemorroides agrandadas
son inflamaciones parecidas a nudos en la mucosa
anal, que conllevan molestias como picor, dolor,
exudado o sangrado de la región anal.
Se estima que más del 50% de las personas
mayores de 30 años tienen hemorroides engrosadas
que les producen molestias, lo que se llama
padecer de enfermedad hemorroidal. En el
lenguaje cotidiano se emplea simplemente el
término de hemorroides, aun cuando uno se
refiere a la enfermedad hemorroidal. No solo la
gente mayor se ve afectada por este
engrosamiento de las hemorroides, sino también
muchos jóvenes. En España puede haber 20
millones de personas con hemorroides.
Las hemorroides con un leve engrosamiento o inflamación
no pueden ser vistas ni palpadas por el médico.
En estadios más avanzados, las hemorroides
sobresalen por el canal anal. Durante el momento
de la defecación, y debido al aumento de
presión, aparecen para desaparecer después. Al
suceder esto, las hemorroides pueden quedar
atrapadas en el ano, lo que produce intenso
dolor. En una posterior evolución, la hemorroide
está permanentemente en el exterior y solo se
pueden reintroducir mediante presión por el
dedo, o incluso llegan a ser imposibles de
reducir.
El síntoma típico de las hemorroides engrosadas
es el sangrado no doloroso de color rojo vivo en
la zona anal. Los pacientes ven habitualmente
sangre en el papel higiénico. Además, se añaden
molestias como picor, ardor, manchado y
sensación de vaciamiento incompleto del
intestino.
Las causas para la inflamación de las
hemorroides son múltiples. Van desde el
estreñimiento con aumento del esfuerzo al
defecar, hasta el sobrepeso, una dieta
inadecuada y una debilidad congénita del tejido
conectivo.
Hacer mucho ejercicio y llevar una dieta
equilibrada y rica en fibra, puede ayudar a
tener deposiciones blandas y regulares, lo que
reduce los síntomas que producen las
hemorroides. Las pomadas para el tratamiento de
las hemorroides y los supositorios que reducen
la inflamación pueden ayudar con los síntomas
leves. Si el problema es mayor, los vasos
sanguíneos afectados y el tejido inflamado
circundante deben ser esclerosados (tratamiento
esclerótico, coagulación mediante infrarrojos),
ligados o eliminados quirúrgicamente.
Hemorroides: Definición
Todas las personas tienen anatómicamente venas
hemorroidales (del griego haímas: sangre, rhein:
fluir). Las hemorroides son una importante
estructura del canal anal. Las hemorroides son
engrosamientos en forma de nudos de los cuerpos
cavernosos del recto, que se encuentran en la
parte superior del esfínter del ano. Arterias y
venas irrigan estos cuerpos cavernosos.
Conjuntamente con los esfínteres del ano, las
hemorroides cierran la salida externa del
intestino. Las hemorroides ayudan a los
esfínteres a permanecer cerrados, formando una
especie de válvula, incluso con los aumentos de
presión, como por ejemplo, al estornudar o reír.
Generalmente engrosan la mucosa en tres “nudos”
que se encuentran en la entrada de los vasos a
los cuerpos cavernosos.
Los síntomas que se conocen habitualmente como
hemorroides deberían ser llamados correctamente
enfermedad hemorroidal. Se habla de enfermedad
hemorroidal cuando estas hemorroides están
aumentadas de tamaño y causan inflamación y
molestias.
Ya en la Antigüedad se conocía esta enfermedad.
El nombre grieg haimorrhoideis phlebes significa
“arterias por las que fluye la sangre”, y fue
adaptado al español antes del siglo XVIII.
Grado de las hemorroides
Las hemorroides se clasifican en 4 grados
diferentes dependiendo del grado de inflamación.
En cada grado aparecen diversos síntomas:
Grado I de hemorroides. En este estadio
aparecen las hemorroides algo aumentadas de
tamaño, pero son relativamente pequeñas y no
visibles desde fuera. Pueden desaparecer
espontáneamente o sin tratamiento especializado
y en la mayor parte de los casos no producen
ningún tipo de síntoma. Solo con la ayuda de una
cámara introducida a través del canal anal para
observar el recto (rectoscopia), puede el médico
reconocer la hemorroide en este grado.
Grado II de hemorroides. En este estadio,
los nudos son mayores y aparecen claramente al
aumentar la presión en el ano. Durante la
defecación van a ser empujados fuera del ano y
después van a volver al interior del conducto
anal. Las hemorroides se reducen al interior del
ano espontáneamente.
Grado III de hemorroides. En este
estadio, las hemorroides “caen” tras la
defecación o incluso de forma espontánea fuera
del esfínter anal. Se habla entonces de un
prolapso. Las hemorroides no van a desaparecer
por el canal anal de forma espontánea. El
afectado puede empujar las hemorroides con el
dedo de vuelta al interior del canal anal.
Grado IV de hemorroides. En este último
estadio, las hemorroides están permanentemente
fuera del ano (prolapso fijo) y no pueden ser
reintroducidas de forma manual. En este grado,
las hemorroides son visibles siempre.
Generalmente, esto lleva a un prolapso anal, en
el que, además de los nudos hemorroidales,
también sobresale la mucosa hasta dos
centímetros por fuera del ano.
Incidencia
Las hemorroides son muy frecuentes. Como la
mayor parte de los pacientes con leves molestias
en la zona anal no consultan al médico, se
desconoce el porcentaje exacto de afectados. No
obstante, las estimaciones científicas
determinan que más de un 50% de los mayores de
30 años las padecen. En España, puede haber
hasta 20 millones de afectados por hemorroides
(almorranas).
Hemorroides: Causas
Las causas de la enfermedad hemorroidal son
múltiples. Se crean por la inflamación de los
tejidos en los cuerpos cavernosos anales. Esto
sucede fundamentalmente cuando esta zona es
sometida a presión. Esto puede ocurrir, por
ejemplo, cuando se sufre estreñimiento crónico o
cuando es necesario ejercer mucha fuerza al
defecar.
Otros factores que favorecen el desarrollo de
hemorroides son los siguientes:
Debilidades
congénitas de los tejidos que llevan al
debilitamiento del esfínter.
Una
ocupación que implique estar la mayor parte del
tiempo sentado (sedentarismo).
Sobrepeso.
Embarazo.
Hemorroides: Síntomas
En las hemorroides, los síntomas van a depender
del grado. Para ser exactos debemos hablar de
enfermedad hemorroidal, ya que las venas
hemorroidales pertenecen a la anatomía normal de
las personas. Solo cuando estas venas se ven
engrosadas aparecen los síntomas y entonces sí
se produce la enfermedad hemorroidal.
Hemorroides grado I
El botón hemorroidal no puede ser visto desde el
exterior y no siempre aparecen síntomas.
Dado que la mucosa anal por encima de la unión
anorrectal no posee sensibilidad, muchas
personas con hemorroides de este grado
permanecen asintomáticas. Los afectados notan
habitualmente síntomas ocasionales, como
aparición de sangre en las heces o en el papel
higiénico; y alguna vez también picores en la
zona anal.
Hemorroides grado II
Las dilataciones en forma de nudo en el recto
son mayores, saliendo de forma ocasional por
fuera del canal anal. Puede aparecer dolor, que
se origina en la piel sensible del canal anal.
Más síntomas en este estadio son, por ejemplo,
los siguientes:
Sangrados
indoloros al defecar, que bien aparecen con las
deposiciones o en forma de gotas.
Quemazón,
picor, piel inflamada y enrojecida y exudado de
la zona anal.
Aparece
una sensación de vaciado rectal incompleto tras
la defecación y, en ocasiones, sensación de
cuerpo extraño.
Si las hemorroides aparecen en el canal anal,
estas pueden quedar atrapadas, lo que se
denomina incarceración o estrangulamiento de la
hemorroide, que causa un gran dolor. En los
vasos sanguíneos se crea, debido a esta
incarceración, un atasco de sangre. Debido a
esto, la sangre fluye más lentamente en
dirección a las venas del cuerpo cavernoso, por
lo que se forman trombos que pueden llevar al
total bloqueo o taponamiento de estas venas.
Esta alteración de la irrigación sanguínea puede
provocar que el tejido acabe necrosándose,
especialmente si persiste durante un largo
periodo de tiempo.
Hemorroides grado III y IV
Las hemorroides a partir del grado III están
presentes tras la defecación o a veces, incluso,
de forma espontánea en el ano, y así
permanecerán si no son tratadas.
Los pacientes desarrollan los siguientes
síntomas:
Pinchazos
y sensación de comezón en la zona anal.
Picor
en el ano.
Producción
de un exudado que mancha la ropa interior.
Incontinencia
ocasional de heces.
Sensación
permanente de cuerpo extraño en el canal anal.
Sangrados.
Dolor.
Generalmente, el calor empeora los síntomas de
las hemorroides.
Hemorroides: Diagnóstico
El diagnóstico de las hemorroides se suele hacer
en función de los síntomas que manifiesta el
paciente. No obstante, los síntomas de las
hemorroides, como, por ejemplo, el sangrado con
la deposición o el dolor anal, también pueden
aparecer en otras enfermedades. Fundamentalmente
si aparece sangre con la deposición, el médico
deberá descartar la presencia de un tumor
maligno de la zona del colon o recto (cáncer
colorrectal). Por este motivo, se realiza un
tacto rectal de la zona anal. De este modo se
palpan lesiones en este área.
Para confirmar el diagnóstico se puede realizar
una visualización con una cámara en la zona del
ano (proctoscopia) y del recto (rectoscopia).
Las hemorroides inflamadas no tienen que ser
tratadas si no producen molestias o estas solo
aparecen de forma ocasional. Lo importante es
que el médico pueda descartar un tumor maligno
en caso de sangrado con la deposición. En este
caso, haría falta una visualización de todo el
intestino grueso mediante una colonoscopia.
Hemorroides: Tratamiento
Las molestias que produce la enfermedad
hemorroidal se pueden reducir de forma eficaz si
durante el tratamiento el paciente consigue que
las deposiciones sean blandas. Esto ayuda a que
se puedan eliminar sin mucho esfuerzo. El
tratamiento dependerá de la gravedad de los
síntomas.
Combatir el estreñimiento
Un paciente puede hacer mucho para tratar las
hemorroides. Unos cuantos cambios en los hábitos
de vida y algunos remedios caseros pueden
mejorar las molestias. Si se sufre
estreñimiento, los siguientes consejos pueden
ser de ayuda:
Realizar ejercicio de forma regular.
Mantener una alimentación equilibrada y rica en
fibra, verduras y fruta.
Evitar los alimentos que produzcan gases.
Beber suficiente líquido. Entre 1,5 y 2 litros
al día.
Consejo: tomar diariamente salvado de trigo con
abundante líquido es muy beneficioso para tratar
el estreñimiento.
Correcta higiene anal
Mantener una correcta higiene de la zona anal es
muy importante en el tratamiento de la
enfermedad hemorroidal. Los baños de asiento y
el uso de compresas con manzanilla pueden ser
muy beneficiosos. Es importante evitar los
jabones y las toallitas húmedas porque pueden
irritar la piel y dificultar la curación.
Qué hacer ante las molestias leves
En la mayor parte de los casos, los síntomas
leves de las hemorroides pueden ser tratados con
pomadas o supositorios. Algunos productos
contienen cortisona, otros sustancias naturales.
Si les añaden lidocaína o hamamelis reducen más
el dolor agudo. Estos preparados se venden en
las farmacias sin receta médica. Alivian la
inflamación, reducen el dolor y mejoran el
picor. Estos productos no se deben usar sin
control médico si las molestias persisten
durante mucho tiempo o aparecen lesiones en la
piel.
Qué hacer si las molestias son intensas
Si los síntomas de las hemorroides son graves,
las pomadas no serán suficientes para el
tratamiento. Hay diferentes opciones. Las
hemorroides grado I y II pueden ser eliminadas
mediante escleroterapia (esclerosis hemorroidal
tradicional), que consiste en la inyección de un
material irritante (por ejemplo, fenol en aceite
de almendras al 50%) en la submucosa para
disminuir la vascularidad y producir fibrosis
(cicatrización), la cual evita el prolapso del
tejido y disminuyen los síntomas.
Una variante de este método es la escleroterapia
con microespuma, que puede utilizarse también en
las hemorroides en fase III y IV y que permite
evitar la cirugía. En esta técnica se inyecta
una espuma con microesferas que va a secar las
hemorroides sin necesidad de extirparlas,
logrando así eliminar los síntomas asociados a
ellas. Lo que se consigue con la microespuma es
colapsar el plexo venoso y lograr que cicatrice.
Es un procedimiento menos agresivo e invasivo
que otros y que se realiza de forma ambulatoria.
Puede realizarse para secar cualquier tipo de
hemorroides en hombres y mujeres, a excepción de
las que están embarazadas o en periodo de
lactancia.
Otra técnica es la ligadura mediante bandas
elásticas (ligar = anudar) guiada por ecografía
Doppler. Una pequeña banda elástica de goma se
aplica sobre el “cuello o base” de la
hemorroide, cortando su riego sanguíneo. La
hemorroide, junto a la banda, se cae a los 3-5
días y se forma una pequeña cicatriz que evita
que el tejido pueda seguir prolapsándose y, por
lo tanto, continuar produciendo síntomas.
Otra técnica de tratamiento de las hemorroides
es la coagulación mediante infrarrojos o láser
intrahemorroidal, que coagula las proteínas del
tejido y evapora el agua de las células,
disminuyendo el flujo sanguíneo de la región a
la cual se aplica.
Si estas técnicas no tienen éxito, o las
hemorroides están en estadios más avanzados, la
técnica de elección debe ser la cirugía.
Hemorroides: Evolución
En general, la evolución de las hemorroides
suele ser buena si la elección del tratamiento
es el adecuado y se ha aplicado de forma precoz.
Eso sí, siempre pueden volver a aparecer las
hemorroides una vez tratadas y resueltas, lo que
se denomina una recidiva.
Cuanto antes se consulte con el médico sobre los
síntomas de las hemorroide (almorranas), mucho
mejor será el abordaje de la enfermedad.
Muchas personas se avergüenzan de consultar con
el médico sus dudas sobre las hemorroides. Esto
lleva a una evolución de la enfermedad y a un
diagnóstico más tardío que dificulta la
curación.
Complicaciones
Las hemorroides de grado IV que permanecen de
forma permanente en el ano suelen erosionarse
debido a la limpieza con papel higiénico. Pueden
aparecer lesiones de la piel de tipo eccematoso
con exudado de líquido y heridas llamadas
fisuras anales.
Dado que las deposiciones contienen abundantes
bacterias, estas zonas con heridas se pueden
infectar fácilmente. En ocasiones, incluso se
pueden formar bolsas de pus y abscesos, que
tendrán que ser eliminados quirúrgicamente.
Además, se pueden producir fístulas anales, que
son conductos profundos que comunican la piel
con el recto o con la pelvis.
Si se lesionan las hemorroides inflamadas al
hacer esfuerzo al defecar o al limpiarse con
papel, se pueden producir sangrados arteriales
importantes que tiene que ser tratados
inmediatamente. Las personas que sufren de
hipertensión arterial tienen especial riesgo.
Hemorroides: Prevención
La enfermedad hemorroidal no puede ser prevenida
al 100%, dado que factores congénitos como la
debilidad en los tejidos pueden tener un papel
importante en su aparición.
Existen medidas generales que se pueden seguir
para prevenir las hemorroides.
Una alimentación equilibrada rica en fibra y un
hábito intestinal regular son las claves para
evitar las hemorroides. Practicar ejercicio
moderado de forma habitual, como la natación o
pasear, también tiene un efecto positivo.
Fundamentalmente se tiene que evitar el esfuerzo
durante la defecación, porque esto favorece la
aparición de hemorroides.
Vea en la sección Enfermedades a Curar,
la siguiente lista:
- Hemorroides
- Intestinal, Intestino
- Gastrointestinal
Eliminar Las Hemorroides 10 Remedios Caseros
Para Curar Las Almorranas